Ubicado en la frontera sur de México, Chiapas ha sido constantemente clasificado como el estado más pobre, así como el estado con más rezago educativo del país. Aunque el norte de México se ha desarrollado a un ritmo impresionante, el sur del país no ha experimentado el mismo crecimiento.

En las comunidades indígenas y rurales de Chiapas con las que trabaja Escalera, las familias viven de la agricultura de subsistencia y no ganan el salario mínimo legal ($207.00 MXN). Para ayudar a sus padres, los estudiantes tienen que trabajar y abandonar la escuela para poder contribuir a los ingresos de sus familias.

De 100 estudiantes que inician primer grado de secundaria, solo 68 pasan a bachillerato, de los cuales, solamente 35 se graduarán y solo 8 terminarán la universidad. Los estudiantes que no se gradúan de la escuela secundaria, no tienen acceso a las mismas oportunidades que tienen sus compañeros con educación secundaria.

Cuando los estudiantes no están en la escuela, no se benefician del aprendizaje y las experiencias que la educación puede brindarles. Pasar más tiempo en la escuela tiene varios beneficios, tanto profesionales como personales. Más años de escuela están asociados con el acceso a un empleo mejor y más seguro. Los estudiantes que permanecen en la escuela son menos vulnerables a adicciones y es más probable que formen familias con hijos más sanos y educados. Este es un ciclo y lo estamos impulsando.